Se tiene conocimiento que el Castillo Medieval de Rodonyà ya existía en los inicios del S.XIII. Durante seis siglos el castillo perteneció a la nobleza catalana hasta que a finales del S.XIX su último titular -el barón Cayetano de Vilallonga y de Tamarit- lo vendió a un vecino del pueblo. En ese momento el castillo ya estaba en un estado de semi-ruina, tal y como se puede apreciar en esta fotografía.
El castillo es un edificio de grandes muros de piedra, de planta cuadrangular y con un patio central alrededor del cual se organizaban todas las estancias. En medio del patio está la cisterna de recogida de agua y media docena de silos para el antiguo almacenamiento del grano.
En el año 1919 el Ayuntamiento compró el edificio y habilitó una parte para usarlo como escuela, quedando el resto del edificio a su suerte. Habría de esperar el castillo casi otro siglo para que se emprendiera una rehabilitación definitiva que asegurara su conservación para las generaciones venideras.
No fue hasta el 2008 que el Ayuntamiento de Rodonyà encargó a la empresa constructora AMC5 la rehabilitación integral del castillo. Fenster participó en la rehabilitación del castillo haciéndose cargo de la fabricación e instalación de todas las ventanas y cerramientos de exterior en aluminio.
Las obras de restauración se iniciaron en octubre de 2008, con una primera fase de consolidación de fachadas y ejecución de estructura, y en 2010 con una segunda fase, que comprendía la ejecución de los interiores para que este edificio histórico se convirtiera en la sede Ayuntamiento de Rodonyà.
Cuando se rehabilita un edificio que forma parte del patrimonio histórico y es de interés nacional, a la responsabilidad de ejecutar una obra para que cumpla con los nuevos usos perseguidos, se añade la responsabilidad de preservar la esencia del edificio: poner en valor todos aquellos elementos que han aguantado el paso del tiempo y que nos sirven de testigo para recordarnos nuestra historia.
El desafío que planteaba esta rehabilitación era el transformar de manera no traumática un edificio de una época lejana y diseñado para un uso muy especifico -fortaleza de defensa militar medieval- en un nuevo uso -sede de servicios administrativos locales-.
Las ventanas son un sencillo ejemplo de las contradicciones entre la función original del castillo y su nuevo uso: ventanas muy pequeñas (para facilitar la defensa del edificio) vs. ventanas amplias (para disponer de luz natural en los despachos).
El protagonismo del castillo en el paisaje y en el imaginario colectivo de la gente de la zona determinó que el tratamiento de las fachadas fuera muy respetuoso. Por un lado, la intervención en los muros: restaurando la masonería, rejuntando con mortero mixto con tintes inorgánicos y áridos seleccionados, recomposición y revestimiento de las almenas, y recuperación de las aperturas originales.
Por otra parte, el tratamiento de estas aperturas con una carpintería de aluminio de hoja oculta que logra pasar completamente desapercibida evitando entrar en conflicto con la historia. La carpintería de aluminio de hoja oculta permite que desde el exterior sólo se aprecie un marco estrecho y eso le reporta un valor añadido cuando se trata de hacer los cierres de las aperturas tan pequeñas como las que aparecen en la parte superior de la fachada del castillo.
Las fachadas del castillo se habían mantenido en pie, pero los interiores habían quedado muy dañados y es por eso que una vez nos encontramos dentro del edificio, la percepción que tenemos de él cambia completamente. La intervención de obra nueva, que se ha ejecutado para poder ubicar las dependencias del ayuntamiento, habla un lenguaje completamente diferente al de la arquitectura existente en el exterior.
En contraposición a los muros rugosos de piedra de color pardo, las nuevas paredes son lisas pintadas de blanco o gris, las divisorias entre el corredor y las salas de administración se han ejecutado con mamparas de vidrio sobre estructuras de acero inoxidable, las barandillas de los corredores alrededor del antiguo patio, también son de vidrio con soportes de inox.
El pasado y el presente del Castillo de Rodonyà se distinguen claramente a través de los elementos restaurados y los nuevos materiales utilizados; se deja constancia de la historia y se mira hacia el futuro.
Fotografias: Agnes Perspective